Los músculos corresponden a un tipo de tejido del cuerpo humano (tejido muscular), son estructuras contráctiles, con alta irrigación sanguínea, muy sensibles al dolor y estiramientos. La función de cualquier músculo, es la de contraerse y elongarse, logrando producir con esto el movimiento de la estructura a la cual se encuentra relacionado anatómicamente.
El desgarro muscular (o de un músculo) se considera dentro de las lesiones más comunes en quienes practican deporte, definiéndose como la rotura parcial o total de las fibras musculares. Se trata de la lesión del músculo en donde las fibras que lo componen se rompen, generando una pérdida de la continuidad del tejido muscular o de sus fibras. Por lo general, el desgarro muscular ocurre durante el ejercicio, actividades deportivas y, en general, al realizar algún esfuerzo físico.
El desgarro suele producirse en los miembros inferiores o en la parte baja de la espalda (zona lumbar), siendo los músculos que se lesionan con mayor frecuencia los siguientes:
• Músculos de la parte posterior de la pierna o gemelares (de la pantorrilla): La función de los músculos de la pantorrilla es ayudar a levantar el talón.
• Cuádriceps: un desgarro del cuádriceps es una rotura de los músculos anteriores (delanteros) del muslo. La función principal del cuádriceps es ayudar a extender la rodilla.
• Músculos isquiotibiales: un desgarro de los músculos isquiotibiales es una rotura de los músculos posteriores del muslo. La función principal de los músculos isquiotibiales es ayudar a flexionar la rodilla.
• Músculos paravertebrales (región lumbar específicamente): La función principal de los músculos paravertebrales es sostener la columna vertebral y soportar el peso de la parte superior del cuerpo (por encima de la cintura pélvica).
CAUSAS Y FACTORES DE RIESGO
El desgarro muscular o rotura de fibras de un músculo se puede producir por:
• Golpe o contusión directa sobre la zona, el cual puede producir el rompimiento de las fibras musculares.
• Cuando el músculo es estirado más allá de la capacidad que tiene el mismo naturalmente para estirarse.
• Como consecuencia de una elongación brusca del músculo, generalmente, producida por una contracción rápida y fuerte del mismo (esta es la forma más común en la que suele producirse el desgarro).
• Fatiga muscular.
• Deshidratación.
• Sobrecarga muscular.
• Falta de elongación.
PRESENTACIÓN CLÍNICA DEL DESGARRO MUSCULAR
• Síntomas: Al momento de producirse se siente un dolor “como de puñalada o piedrazo” y se puede escuchar un sonido, esto seguido de limitación de la actividad que se está realizando.
o Si es leve (grado 0-I), la zona estará sensible con el músculo algo tenso, y probablemente se pueda continuar con la actividad, pero con algo de molestia.
o Si es moderado a severo (grados II-III), la zona estará muy dolorosa, edematizada (hinchada), con posible deformidad e impotencia funcional de grado variable.
• Signos:
o Dolor e hinchazón
o Equimosis (moretón) que se refiere a la sangre producida por ruptura de la fibra muscular.
o Cuando la ruptura es muy significativa se apreciará una depresión o falla en la zona afectada, denominada “hachazo”
o Debilidad muscular
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de las lesiones musculares es principalmente clínico, es decir, basado en la historia clínica y en la exploración física.
En la anamnesis o interrogatorio es necesario:
• Recoger los antecedentes locales y generales: Si hay lesiones similares padecidas anteriormente, si se conoce alguna susceptibilidad a padecer estas lesiones, algún antecedente farmacológico, etc…
• Describir el momento lesional: cómo y cuando ocurrió el dolor (si fue una carga de trabajo, entrenamiento o competición), si ha sido el inicio, a media sesión o al final de ésta.
• Conocer la evolución inmediata: Si pudo continuar o no con la actividad física descrita al momento de la ocurrencia del dolor, evolución del mismo al pasar el tiempo.
En la exploración física se tiene que hacer:
• Inspección: Presencia de equimosis o deformidades de las masas musculares.
• Palpación: Buscar puntos dolorosos o espasmos de la musculatura.
• Evaluar la contracción activa del músculo afectado, primero con el músculo con estiramiento (más sensible en lesiones leves), y después contra resistencia manual.
• Valorar la flexibilidad analítica del músculo: Si existe o no dolor al estiramiento pasivo.
Dentro de las pruebas complementarias son de vital importancia tanto la ecografía musculoesquelética como la RM, ya que facilitan determinantemente la tarea de conocer el grado de lesión y, sobre todo, el pronóstico de la misma. La RM tiene mucha sensibilidad y es precisa al identificar la estructura afectada; por otra parte, la ecografía musculoesquelética es un estudio dinámico que complementa la exploración clínica, permite los seguimientos evolutivos, la evacuación guiada de cavidades y se complementa con la ecopalpación dolorosa de un músculo determinado, ya identificado en la ecografía.
En el deporte de alta competencia, la evaluación clínica (anamnesis y exploración física) debe realizarse, de forma inmediata. A las 12 horas debe repetirse la exploración física, realizarse una ecografía inicial y adicionalmente, si es considerado por parte del equipo médico especializado, una analítica química (para evaluar la proteina miosina en sangre), lo cual permite determinar si hay lesión fibrilar clara. A las 24 horas se sugiere realizar la resonancia magnética y repetir la exploración física y la ecografía. A las 48 horas, dependiendo de la evolución, se pueden repetir igualmente estás dos últimas.
TRATAMIENTO
La recuperación dependerá del tipo y la extensión del desgarro muscular, pero independiente de lo antes mencionado, siempre en la primera fase (fase inflamatoria) se recomienda el reposo deportivo, la crioterapia (hielo), la elevación de la extremidad lesionada y la compresión con vendaje elástico. Todo esto con la finalidad de disminuir el dolor y la inflamación.
Posterior a la fase inflamatoria para propiciar la correcta reparación muscular, se debe realizar terapia kinésica, en la cual se realizarán ejercicios enfocados en la reparación, fortalecimiento muscular y reintegro deportivo.
Entre otros tratamientos se pueden mencionar:
• Medicación: El uso de analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos para tratar el dolor en las primeras 48 a 72 horas. Existen otros medicamentos con acción antifibrótica pero se encuentran en fase de experimentación aún.
• Infiltraciones y uso de Plasma Rico en Plaquetas (PRP): en casos seleccionados, como lesiones musculares crónicas y complejas.
• Tratamiento quirúrgico: En casos especiales y ya muy consensuados, sobre todo cuando se habla de deportistas de alta competencia, como lo son:
o Lesión muscular de grado III, rotura total.
o Lesión muscular con desinserción tendinosa parcial (>50%) o total.
o Lesión muscular de grado II, con afectación de más del 50% del vientre muscular.
o Cuando hay un hematoma intramuscular muy grande que no responde a la punción de aspiración repetitiva.
En conclusión, las lesiones musculares tipo desgarro, deben ser tomadas en cuenta y evaluadas de forma inmediata, para determinar el grado de lesión, pronóstico y tratamiento de la misma, sobretodo en el deportista de alta competencia, para prevenir complicaciones futuras.
Dra. Adriana García